Ciclismo

Cuando el dopaje hace caer de lo más alto

El austriaco Bernard Kohl, tercero en el Tour, pierde su tercer puesto y es suspendido dos años por dopaje


E.G./AGENCIAS.


No ha sido el único pero sí de los más escandalosos. Su nombre ya se ha sumado a lo que algunos llaman la cosecha podrida del Tour de 2008. A los ya conocidos Riccardo Riccò, el italiano cuya sangre confirmó lo que la orina ya había delatado; Leo Piepoli, compatriota, amigo y compañero de habitación de Riccò, y Stefan Schumacher, el alemán que había ganado las dos contrarreloj del Tour, se une ahora el de su compañero de equipo y habitación, el austriaco Kohl, que había conseguido en el Tour pasado bastante más de lo que le podía permitir su exiguo palmarés anterior: terminó tercero en el podio de París y vestido con el maillot de lunares de rey de la montaña.
Positivo por CERA. Kohl engrosa así el conocido como El año de la CERA, el exitoso producto puesto a punto en los últimos años por los laboratorios Roche, al que se considera la EPO de tercera generación. Además de la vergüenza, ahora la Agencia Nacional Antidopaje Austríaca (NADA) le ha sancionado con dos años de suspensión, y pierde sus dos logros del Tour: el tercer puesto en el podio, que ahora pasaría a ser para el ruso Denis Menchov, del Rabobank, uno que ya cuenta con una victoria en la Vuelta a España por descalificación por dopaje de Roberto Heras en 2005, y el Gran Premio de la Montaña, que recaería en el ganador del Tour, Carlos Sastre, que se convertiría en el primer español que lo obtiene desde Txomin Perurena en 1974.

“Yo sólo soy un ser humano y he caído en la tentación”


“He cedido a la tentación, la presión era increíblemente fuerte. Yo sólo soy un ser humano y en una situación excepcional he demostrado mi debilidad", dijo el austriaco en una rueda de prensa en la que reconoció el dopaje y en la que se le saltaron las lágrimas. “La presión del éxito fue increíblemente grande”, declaró. El ciclista, de 26 años, justificó su recurso al dopaje en su baja forma tras su caída en la Dauphiné Liberé, que le provocó una profunda excoriación en el lateral derecho del cuerpo. Tras ese incidente el deportista se sintió debilitado y, según explicó, fue consciente de que sin una buena actuación y resultado en la ronda francesa no obtendría ningún nuevo contrato. Kohl aseguró que había sido su primer dopaje, aunque dijo asumir la dificultad de que alguien crea a un "deportista convicto". También anunció que dará los nombres de quienes le facilitaron la sustancia "a su debido tiempo". "Sólo quiero ser de nuevo el Bernhard Kohl que era antes, el que conocen mis amigos y seguidores", declaró.

La CERA, casi invisible
La CERA (siglas en inglés de Activación Continua del Receptor de la Eritropoiesis), está considerada la EPO de tercera generación. Con una sola inyección al mes, produce los mismos efectos de fabricación de glóbulos rojos que la EPO tradicional con un pinchazo diario. También creían sus usuarios deportistas, un medio en el que se vende desde hace cuatro años, desde antes incluso de su comercialización, que era invisible dadas sus minúsculas moléculas. Justo antes del Tour, el laboratorio de París dio con un método, imperfecto, para hallarla en la orina. Después, Lausana, con ayuda de Roche(en inglés) , por un lado, y París, por otro, han construido un sistema, más fino, para hallarla en sangre. Por eso, la Agencia Francesa Antidopaje(en francés) ordenó que se analizaran este mes las muestras de sangre congeladas de los ciclistas más sospechosos y por eso mismo el COI(en inglés) va a proceder a idéntica operación con algunas de las 969 muestras de sangre extraídas en Pekín.
Lo que Kohl dijo querer evitar y que le llevó al dopaje es lo que finalmente se ha producido: el ciclista ha perdido el contrato que había firmado para la próxima temporada con la formación belga del Silence-Lotto.

Fotos: Google.





No hay comentarios: